Legado filosófico de Alfredo Agustín Almenarez Barros – Colegio Ateneo Moderno

Legado filosófico de Alfredo Agustín Almenarez Barros

El colegio Ateneo Moderno de Santa Marta fue concebido por Alfredo Agustín Almenarez Barros como un taller de hombres y mujeres donde se construye la humanidad en conocimiento y en valores para la convivencia armónica y pacífica desde hace más de 46 años. Por lo tanto, sea esta la oportunidad para compartir con toda comunidad educativa cinco aspectos claves en el legado pedagógico y educativo del maestro fundador de nuestra casa de estudio.

  1. El contacto formativo en la vida diaria escolar

Desde 1970 hasta el día de hoy la formación del estudiantado es un momento inalterable en la vida educativa del Ateneo Moderno, todos los días al iniciar la jornada  escolar, se realiza el contacto formativo (Formación  general de en la cancha multideportiva). En este espacio los directivos docentes y educadores saludan a la comunidad educativa con los buenos días, se hace la supervisión y control del uso correcto de los uniformes, con el propósito de hacer de la buena presentación personal un hábito. Igualmente, se resalta el espíritu de superación y colaboración de los estudiantes que obtienen logros académicos, deportivos, culturales, científicos, artísticos entre otros; y que dejan en alto el buen nombre del colegio tanto a nivel local como regional y nacional.

  1. El trabajo en equipo

El maestro Alfredo Almenarez Barros fue, una cantera inagotable de saber pedagógico, su empatía, tolerancia y espíritu de servicio le permitieron construir en el Ateneo Moderno, una atmósfera de confianza, libertad y calor humano. Durante toda su vida educativa el profesor Almenarez fue el “Maestro escultor de sensibilidades”, para quien el trabajo en equipo era una de las virtudes del ser humano. Por eso siempre intentó construir un verdadero equipo de colaboradores con sentido de pertenencia y entusiasmo. Sin duda fue uno de sus mayores logros, siempre expresaba con voz de sentencia “El que no trabaja en equipo nos hace perder a todos”.

El trabajo en equipo ateneísta tiene como propósito alcanzar un mismo fin desde todos los estamentos: directivos, profesores, estudiantes y padres de familia. En este sentido la colaboración entre docentes que comparten sus conocimientos sobre el trabajo dentro del aula sirve para unificar criterios y proyectarse hacia los educandos, no solo para un trabajo disciplinario de una área y/o asignatura, sino para realizar planes de mejora donde se salgan de la rutina, ofreciendo mejores herramientas y ambientes para la construcción de conocimientos y valores, aspectos que permiten la práctica de un verdadero aprendizaje significativo.

  1. Formación pedagógica ateneísta

El colegio Ateneo Moderno desde sus orígenes ha tenido como objetivo fundamental la formación integral del individuo, por ello permanentemente fomenta valores humanos para el buen vivir en sociedad; tales como el amor, la disciplina, la solidaridad, la responsabilidad, la justicia, el respeto y la honestidad. La formación académica se expresa a través de la pedagogía constructivista social, la cual sostiene que el educando puede sentir, imaginar, recordar o construir un nuevo conocimiento si tiene un precedente cognitivo donde se ancle. Por ello el conocimiento previo es determinante para adquirir cualquier aprendizaje. El educador desarrolla el papel de mediador. Su tarea principal será la de desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes a partir de las que cada educando tiene almacenadas y ayudarlo para que logre conectarlos con los nuevos aprendizajes.

La visión pedagógica ateneísta no se ha limitado a la enseñanza intelectual, su objetivo es la educación humanista que contribuye al desarrollo global de cada persona; cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual y espiritualidad. En este sentido lo ratifica una de sus consignas “solo con exigencia académica y disciplinaria se alcanza la excelencia”. Lo anterior es la base para la continua construcción de ciencia, ciudadanía y desarrollo humano con calidad, disciplina y amor para la sociedad del siglo XXI, lema de la institución.

  1. Formación para la democracia y la convivencia

El maestro Almenarez era un hombre de un patriotismo inalterable, una de sus preocupaciones era la de generar espacios para la construcción de hombres y mujeres líderes y protagonistas en el ejercicio de la democracia y la participación ciudadana, es decir, seres humanos que aprecien y defiendan los valores cívicos, culturales y adquieran conocimientos necesarios para vincularse al proceso de desarrollo local, regional, nacional e internacional.

En este sentido la filosofía ateneísta se ha erigido sobre la base del respeto hacia el orden y la normatividad constitucional, por tal motivo la práctica de valores democráticos, la organización y funcionamiento del Gobierno Escolar son pilares fundamentales en el quehacer institucional. El profesor Almenarez, era enfático en decir, “la democracia hace al hombre libre, respetuoso de las normas y fecundo en la solidaridad social, la escuela debe orientar a los niños y los jóvenes para ser líderes en el ejercicio de la participación ciudadana. Es decir que reciban educación con ternura y amor, pero con disciplina y severidad pedagógica”.

  1. El ejemplo como proyección en el quehacer docente

El profesor Almenarez ideó, construyó y ejecutó en el quehacer educativo lo que permanecerá siempre en sus discípulos como su máximo legado: el amor hacia la patria y la educación con disciplina y proyección académica. Presentaba entre sus múltiples enseñanzas aquella de que el maestro encuentra su máximo goce en la realización de sus deseos al formar al hombre como individuo y como persona con el ejemplo, el maestro es orientador de actos y como tal debe ser consecuente con su autoridad. Decía que en el desempeño de su función, el educador, como el artista, pone en juego todo su ser, utiliza todas sus facultades físicas e intelectuales, pero sobre todo, su corazón.